O eso dicen. Por eso he vuelto.
Ha sido un descanso breve. He tenido tiempo de pensar, de mirar, de escuchar y escribir.
Tiempo para recuperarme de un golpe duro que he sabido aplacar, que no esquivar. Tiempo para apoyar, animar y sobretodo admirar a una madre cuya fortaleza me ha demostrado que el ser humano es capaz de sobreponerse a los peores momentos. Con entereza, con la satisfacción de sentirse rodeada de amor y con las agallas de un David que una vez más se pasará a Goliat por la piedra.
Ánimo mamá, eres titánica.
Ya estoy de vuelta.
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