¡Hola a todos! Cuánto tiempo, ¿no?
Desaparecí sin previo aviso. Pido perdón por ello, porque sé que aunque sois pocos, algunos sí visitáis el blog de un humilde servidor y os quedaríais extrañados ante mi inusitada ausencia.
Ahora mismo vais a entenderla:
Ese es mi porqué. Mi grandísimo, preciosísimo, maravilloso e increíble porqué.
Os presento a Carla, nuestra princesita. Nació el 23 de marzo y desde entonces no soy capaz de mudar la sonrisa bobalicona que tengo en la cara. Mi chica se portó como una gladiadora y trajo al mundo a la cosita más achuchable que he conocido jamás. Ambas están en perfectas condiciones; la madre, espléndida, y la niña, radiante. Su hermano y su padre, aún babean por las esquinas.
Ahora que ya entendéis mi nula actividad puedo deciros que poco a poco voy a retomar los hábitos.
A leer.
A escribir.
Y a poner en cada palabra más sentimiento.
Porque esta experiencia enriquece el corazón y desarrolla la imaginación.
Un abrazo a tod@s.
Estoy de vuelta :-)
Si es que no es más bonita porque no puede. Tu a tu ritmo, Jose, que tienes la ausencia más que justificada ;) Un abrazo.
ResponderEliminarEsa sonrisa de padre enamoradísimo de su pequeña ;) Qué cosa más bonita de niña.
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