Estoy contento.
El #Proyecto G# está prosperando. La idea se ha convertido en historia y la historia ha echado a andar, como si le soltases las manitas a un niño que ha empezado a caminar y aunque torpe, ya decide él solito a dónde quiere ir. Los personajes ya tienen una personalidad definida y un paisaje sólido en el que vivir sus aventuras.
Quien lea esto pensará que llevo escrito medio libro, pero mal que me pese, solo llevo tres capítulos y medio.
Pero como os he dicho, la historia se está revelando. Es ella la que manda y la que te grita ¡Eh, tú, en lugar de que esto ocurra de noche, es mejor que ocurra de día! ¡Piensa que después tiene que ocurrir esto otro y necesitas luz! o la que, llegada una conversación, decide que el protagonista no se quiera levantar del suelo y se quede ahí sentado, demostrando su orgullo. Es la que te dice que busques sinónimos, que no le gustan esas palabras. La que te pide que no alargues tanto una conversación o te prohíbe matar un animalillo, porque no viene a cuento.
Sara está haciendo su trabajo en la sombra, haciéndome cosquillas con pinceladas de genialidad a la hora de hacer descripciones y finales de capítulo. Y esto va rápido, porque a la vez que escribo, reviso.
Pronto tendréis más noticias.
¡Un abrazo!
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