Páginas

viernes, 8 de noviembre de 2013

Montruosos #1

¡PLAM!

Tras el portazo, Ghul dejó de contener la respiración y descansó, soltando con fuerza una bocanada de aire fétido.

—Ya era hora —dijo mientras salía torpemente del armario, dejando tras de sí media docena de perchas bailarinas y varios bloques de LEGO desparramados—, ya pensaba que no se iban a ir nunca.

—Y da gracias a que la madre no ha abierto el armario —dijo Snoof, asomándose con cuidado por la ventana para comprobar que arrancaban el motor del coche.

—¿Dónde te has escondido tú?

miércoles, 17 de julio de 2013

Conversaciones con mi musa #12

Una voz me llegó desde el sofá.

—No te viene nada a la mente, eh…

—Hola Sara —contesté—. Nada de nada.

—Ya —dijo resignada—. Suele pasar. La temida hoja en blanco. Ese temor nace dentro de vosotros como en su día os nació el placer por escribir. Le pasaba a muchos de los escritores que acompañé hace tiempo, así que no te preocupes que es normal.

—¿En serio? —pregunté, girándome para verla.

Estaba sentada con las piernas cruzadas y sostenía en sus manos un pequeño estuche de tela que contenía pequeños tarros de cristal.

jueves, 4 de julio de 2013

Bienvenida a OnisFone

Aquella mañana me dije: “Hoy sí. Te vas a comer el mundo”.

Salí de casa decidida a hacer mi trabajo y a pensar en que mejor o peor, aquél nuevo puesto aliviaría mi bolsillo a final de mes. Sabía lo difícil que iba a ser, la de críticas que me iban a caer y lo incómodo que resultaría para una persona el atenderme como es debido. Pero seamos pragmáticos; es un trabajo. Tan honrado como cualquier otro.

Llegué a mi habitáculo y encendí el terminal. Recogí las órdenes, taché el día en el calendario y me serví un café de la máquina. Igual que ayer: el aire acondicionado a tope y el café ardiendo.

Me ajusté los auriculares y al fin, con el guion preparado, pulsé el temido botón rojo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Conversaciones con mi musa #11

Estaba cabizbajo, con los ojos cerrados y los dedos dispuestos sobre el teclado. Pensando en la siguiente frase que diría la protagonista de la escena.

—Hola —solté al aire, de repente.

—¡Guau!.. —exclamó Sara— ¡No me lo puedo creer! 

Sonreí, pero no abrí los ojos. Quería agotar ese recurso finito de inspiración antes de girarme y hablar de nuevo con ella.

—Te veo liado… —insistió.

Pero no le hice caso. Estaba a punto de dar con la frase definitiva para cerrar la escena. Aprisioné los labios entre los dientes y fruncí el ceño en un intento de concentración e inspiración máxima. Cuando creí tenerla, al fin, murmullé la frase:

—«Nunca dejaré de perseguirte. Jamás podrás escapar de mí».

martes, 11 de junio de 2013

¡Tercer (y último) artículo en El Tiramilla!

¿Último? Pues sí. El último.

No lo encontraréis en la web. De hecho, no encontraréis nada mío en ella. Lo ha borrado todo. No ha quedado ni rastro de mi paso por el diario. Es lo que pasa, supongo, cuando quien dirige el cotarro no tiene otra forma de diálogo que la del botón ELIMINAR cuando no le gusta lo que le dicen. Dar la patada sin opción a réplica, pulverizando cualquier posibilidad que tuvieras de entender de qué va el asunto o despedirte de tus compañeros. Borrándote del proyecto como si jamás hubieras existido.

Eso es lo que ha pasado, pero no merece la pena dar más detalles. Ha sido una época cortita, pero emocionante. Participar en un proyecto como DET me ha enseñado muchas cosas y me ha permitido conocer a personas estupendas. A esa gente, sinceramente, les deseo lo mejor.

¡Y bueno! Aquí os dejo el artículo que publiqué y duró apenas unas horas. Espero que os guste.

-----

Libros a comprar

Con el ánimo de mejorar un pelín el blog he añadido una nueva sección en la barra horizontal superior, justo bajo el título de la página. Se llama "Libros a comprar".

En ella iré añadiendo los títulos que me quiero comprar, a modo de lista de la compra. Título, autor y editorial formarán cada una de las líneas. Es una pequeña herramienta, a modo de cuaderno de notas, que usaré para mí, pero que también podréis comentar si os apetece (o hacerme alguna recomendación, ya de paso).

¡Saludos!

jueves, 6 de junio de 2013

Conversaciones con mi musa #10

—Hola —dijo Sara, de repente.
—¡Uh! —exclamé sobresaltado— ¡Hola! ¿¿Siempre tienes que aparecer de esta manera??
Sara se encogió de hombros, como si ya estuviese acostumbrada a mis refunfuños.
—¿Y tú? ¿Tienes que ser siempre tan simpático? Recuerda que yo no aparezco cuando quiero, guapo.
—Ya... Pues a este paso, en una de estas, me quedo en el sitio.
—Exagerado —dijo Sara, casi susurrando y entornando los ojos—, ¿Qué haces?
—Pensar.
—Ya. Obvio. Si no, no estaría aquí.
—Pues llevo días pensando y tú no has aparecido, bonita.
En ese momento, Sara carraspeó.

miércoles, 5 de junio de 2013

¿Con qué sueñan los bebés?

Anoche, mientras acunaba a Carla, fui testigo directo de algo que me hizo pensar en esta pregunta.

Dormía profundamente en mis brazos desde hacía un rato. Cuando duerme de esa forma es imposible apartar la mirada. Es un ángel. A veces hasta sonríe y ese reflejo no hace otra cosa que dibujar otra sonrisa en mis labios. Me impregno de esa paz que suele adueñarse de ella y, cuando eso pasa, me tranquiliza. Me calma. Casi me sube el azúcar. Sería capaz de pedirle al cielo que siempre estuviera así, pero no lo hago, consciente de que me perdería otras tantas cosas increíbles que me esperan.

De repente, Carla empezó a llorar de forma desconsolada. Aún dormía. Aún soñaba. Algo desbaratado debió ocurrir en su mente para sacarla de aquella paz y hacerla temer y sufrir. Afortunadamente, no duró mucho. La pesadilla se fue por donde vino y mi princesa volvió a quedar en silencio y a dormitar como hacía un minuto atrás.

Sorprendido, empecé a preguntarme qué carajo podía pasar en la cabeza de una personita que más allá de biberones gigantes, turbios rostros familiares y una escasa paleta de colores, no ha conocido nada más. No sabe cómo son (o pueden ser) los monstruos. No conoce apenas el dolor. No tiene temores ni miedos porque apenas le ha dado tiempo a conocer la soledad.

Llorar dormido es un acto lleno de significado (o no) que merece reflexión. Dan ganas de explorar dentro de esa cabecita para conocer el miedo más básico que tenemos cuando somos bebés. El temor que nos viene de casa sin haber conocido aún absolutamente nada que nos haga temblar. Ese miedo que imagino, poco a poco se va escondiendo tras los temores que vamos conociendo conforme nos hacemos mayores.

Entonces, ¿con qué sueñan los bebés? Una de esas preguntas que se suman a la larga lista de inquietudes trascendentales. Debe ser, insisto, algo tan sumamente trivial como absolutamente fascinante.

lunes, 6 de mayo de 2013

¡Segundo artículo en El Tiramilla!

¡Buenos días de lunes!

El pasado fin de semana publiqué mi segundo artículo en el Diario El Tiramilla. Esta vez analizo (sin spoilear demasiado) dos obras actuales centradas en niños con problemas de adaptación. Estas obras son Parco, de Jordi Sierra i Fabra y Muerte a los coches, de Blake Nelson.

Además, hablo brevemente sobre algunos de los rasgos psicológicos de estos personajes. Sus problemas, sus reacciones y como los tratan sus autores en sus obras. La verdad, para mí, son auténticas delicias porque por lo general, sus autores los tratan con un mimo fantástico.

Os garantizo que si conseguís leer alguno de los libros mencionados no quedaréis indiferentes. Si mi artículo os empuja un poquito a querer conocer a estos pequeños protagonistas de primera mano, ya me doy por satisfecho.

¡Un abrazo y feliz semana!


jueves, 2 de mayo de 2013

¡He ganado un lote de libros!

¡Increíble! ¡He ganado un lote de libros!
 
Y es que estoy tan contento porque, quitando aquella vez en que a los ocho años gané una flamante bicicleta en el TAN TAN de mi barrio (y me la robaron poco después, porque la guardábamos en el maletero del coche y nos lo encontramos abierto una mañana, en plan "puertas abiertas"), hacía mucho que no resultaba ganador de algo en un sorteo. Solía pensar que aquello de los sorteos siempre era una soberana manipulación (bueno, sigo pensándolo en realidad), pero con esta pequeña bofetada me han demostrado que no, que hay pequeñas iniciativas que sí responden.
 
Os hablo del concurso que puso en marcha Diario de Mallorca el pasado día del libro con el objetivo que recopilar una buena lista de libros que poder recomendar a sus lectores. El concurso era sencillo: recomendar un libro mediante la red social Facebook, Twitter o el propio formulario que facilitaban en su página web. Viendo lo fácil que resultaba participar, me puse a recomendar los libros de Patrick Rothfuss, de R.J. Palacio, de Luca de Tena, de Jordi Sierra i Fabra... Y voilà!
 
Así que mañana espero poder acercarme a ver qué tres libros me regala Diario de Mallorca. Sean los que sean, es de agradecer que incentiven la lectura con iniciativas como esta. Ya podrían aprender muchos otros.
 
Ya os contaré, amigotes.
 
¡Un abrazo!
 
 

jueves, 25 de abril de 2013

Conversaciones con mi musa #9

El sábado pasado, mientras caían las últimas gotas de lo que había sido una lluvia pertinaz que dejó en casa a mucha gente, me pareció ver, a través de la ventana del comedor, a Sara montada en un hipogrifo. A Sara. Volando. En la calle. Sí.

La cuestión es que yo también tuve que mirar dos veces, y en el segundo intento, dejé de verla volar. Más bien dejé de verla. No estaba allí. Incluso salí al balcón para ver si la encontraba en el cielo, pero lo único que encontré fue un suelo encharcado bajo mis pies y un frío que calaba los huesos. Ya no estaba allí, pero estaba completamente seguro de haberla visto. Y es más, ella me había mirado fijamente, sentada en aquella montura mística y emplumada. Acto seguido, y para mi frustración, había desaparecido.

martes, 23 de abril de 2013

¡Feliz día del libro!

Hoy, para mí, además de ser un día realmente atractivo por la multitud de posibilidades que ofrece (firmas, conferencias, presentaciones, talleres, exposiciones, puestos callejeros...), es día también de celebración familiar: Carla cumple su primer mes.
 
Es por ello que, como no podía ser de otra manera, esta tarde, al salir de la oficina, la enfundaremos en su flamante carrito de bebé y la pasearemos a lo largo y ancho de calles, avenidas y plazas, sorteando y visitando mesas, caballetes, murales y estanterías. Regateando niños, padres y señoras y sintiendo al mismo tiempo el inigualable olor de la celulosa y el dulce perfume de las flores.
 
Que con su primer mes, flote a su alrededor el aroma de las letras de millones de historias épicas. De dramas, de fábulas. De sagas increíbles con personajes de cuento. De novelas de culto llenas de emoción y misterio. Que de bien pequeña sienta, por minúscula que pueda ser la posibilidad, el murmullo de los que adoran leer, el trajín de visitar puesto tras puesto. El sonido tan característico que el curioso produce, inconscientemente, al pasar una página tras otra, buscando en esa novela aquello que le decida llevársela a su casa.
 
Quién sabe, igual no me sale lectora, pero ahí estaremos para intentarlo.
Espero que vosotros también lo disfrutéis.
 
¡Felicidades, mi niña, y feliz día del libro a todos!

lunes, 15 de abril de 2013

Desubicado #1

Desperté.

Lo hice al percibir aquél zumbido. Un sonido tan agudo y desagradable que, además de irritarme, dejó de forma inexplicable un extraño sabor metálico en mi boca. El ruido no dejó de repetirse en mi cabeza hasta varios minutos después de haberme levantado del suelo.

Me observé; llevaba puesto un traje caro y a mi lado, en la hierba, descansaba un maletín que supuse sería mío. Tenía un reloj dorado, una manicura impoluta y sentí mi pelo limpio. La corbata apretaba un poco, pero no supe quitármela. Mis zapatos, brillantes, me quedaban perfectos, aunque no fueran de mi gusto. Tenía un reguero de saliva que me bajaba de la comisura de los labios al cuello y un ligero corte en la palma de la mano que me escocía de forma exagerada.
 
No entendía nada.

martes, 9 de abril de 2013

Mi porqué

¡Hola a todos! Cuánto tiempo, ¿no?

Desaparecí sin previo aviso. Pido perdón por ello, porque sé que aunque sois pocos, algunos sí visitáis el blog de un humilde servidor y os quedaríais extrañados ante mi inusitada ausencia.

Ahora mismo vais a entenderla:


Ese es mi porqué. Mi grandísimo, preciosísimo, maravilloso e increíble porqué.

Os presento a Carla, nuestra princesita. Nació el 23 de marzo y desde entonces no soy capaz de mudar la sonrisa bobalicona que tengo en la cara. Mi chica se portó como una gladiadora y trajo al mundo a la cosita más achuchable que he conocido jamás. Ambas están en perfectas condiciones; la madre, espléndida, y la niña, radiante. Su hermano y su padre, aún babean por las esquinas.

Ahora que ya entendéis mi nula actividad puedo deciros que poco a poco voy a retomar los hábitos.

A leer.
A escribir.

Y a poner en cada palabra más sentimiento.
Porque esta experiencia enriquece el corazón y desarrolla la imaginación.

Un abrazo a tod@s.
Estoy de vuelta :-)

jueves, 14 de marzo de 2013

Proyecto G: Progresos

Estoy contento.
 
El #Proyecto G# está prosperando. La idea se ha convertido en historia y la historia ha echado a andar, como si le soltases las manitas a un niño que ha empezado a caminar y aunque torpe, ya decide él solito a dónde quiere ir. Los personajes ya tienen una personalidad definida y un paisaje sólido en el que vivir sus aventuras.
 
Quien lea esto pensará que llevo escrito medio libro, pero mal que me pese, solo llevo tres capítulos y medio.

jueves, 7 de marzo de 2013

¡Estoy en ello, estoy en ello!

Como os dije en el último artículo, tengo una nueva historia en ciernes. Es una historia sencilla, pero entretenida. Una idea pequeña que se ha ido haciendo mayor y ha madurado conforme he empezado a escribirla.
 
Al contrario que mi novela (la mayor), este futuro libro lo he empezado a escribir sobre la marcha, tras unos ligerísimos apuntes en la libreta. Para la novela, tengo más de medio Moleskine con apuntes, datos, dibujos, tachones y flechas que apuntan a nuevas ideas. Docenas de personajes, cinco localizaciones y un sinfín de detalles que florecen conforme pasa el tiempo. Una novela bien estructurada que intentaré no deje ni un fleco suelto. Para este libro, en cambio, sólo me hizo falta inventarme cinco personajes y un par de esquemas que resumieran la trama.
 
También difieren en el género y el narrador, pues mientras que a la novela no sé en qué género la incluiría, a mi nuevo reto le tengo reservado un hueco en la literatura juvenil y el narrador que utilizo en esta obra es la primera persona, mientras que mi novela se narra en tercera. Ups, creo que ya estoy contando más de la cuenta…

jueves, 28 de febrero de 2013

Postergando la novela por... ¡Una buena idea!

Schh… ¡Lo sé, lo sé…!

Prometí que me iba a poner en serio con la novela. Que hacía mucho tiempo que no le dedicaba parte de mi tiempo y, de seguir así, jamás la terminaría. Lo sé, estoy dando demasiados rodeos, pero creedme cuando os digo que lo que voy a contaros tiene su chicha.

Mi novela está tardando tanto en ser escrita porque, además de ser una historia larga, con muchos personajes, con muchas historias y un lento aunque seguro proceso de revisión (página por página, capítulo por capítulo), el tiempo que le podría dedicar se ve muchas veces alterado por mi ritmo de vida, que es un tanto frenético. Sé que algún día podré enterrar estas palabras y mostraros una foto mía presentando la novela en alguna librería, pero hasta entonces… Es lo que hay.

Sin embargo, debo reconocer también que algunas veces el tiempo que tengo para escribir o revisar la novela lo suelo dedicar a escribir entradas en el blog. Esa es mi forma de entrenar mi parte escritora; creando historias cortas, de varios géneros, con el fin de no oxidarme y estancarme en un solo género.

martes, 26 de febrero de 2013

Angustia al volante

Como cada mañana, llegó el momento del atasco en la avenida. Eran las ocho y media, de camino al trabajo. En la radio sonaba ya la broma telefónica de costumbre mientras Aitana se encendía el primer cigarro de la jornada y repasaba sus pestañas en el espejo retrovisor. Caían las primeras gotas de lluvia y el termómetro indicaba cuatro grados. El cielo presagiaba un día pasado por agua.

De repente, se abrió la puerta del copiloto y entró en el coche un hombre que ocultaba su rostro tras una bufanda. Sucedió de forma tan inesperada que Aitana no pudo más que arquear las cejas y abrir la boca, intentando preguntar qué ocurría. La sorpresa se dibujó en su rostro de inmediato, a la vez que dejaba caer el cigarro en la alfombrilla del coche.

—No haga preguntas —dijo el hombre, que cerraba ya la puerta—. Mi intención no es hacerle daño. Por favor, actúe de forma normal y continúe con su recorrido.

martes, 19 de febrero de 2013

Primer artículo en El Tiramilla

¡Hola amigos!

Hoy es un día especial para mí porque, tras varias revisiones, al fin he podido ver publicado mi primer artículo en el Diario El Tiramilla.

En él, intento animar a los nuevos escritores a que sean innovadores y escriban historias originales. Historias que aunque formen parte de géneros ya establecidos, tengan su toque personal para que no se asemejen tanto a otras obras. Suele ocurrir en el mundo editorial que, tras un gran boom de una obra policíaca, aparezcan poco después pequeños clones que traten el mismo mundo. Lo mismo con las obras de fantasía, de amor adolescente, de guerra, de zombies... Y es que parece que, irremediablemente, necesitamos sangre nueva que venga con ideas nuevas. Gente que quiera darle una vuelta de tuerca más a sus próximas obras para que se les recuerde por crear algo diferente.

Sin más, espero que os guste.

¡Un abrazo!

Dulces pelotazos

Pelotazo en el cristal.

Abro los ojos y los vuelvo a cerrar, cegado por la omnipresente luz del sol, que ya tiñe de claro todo lo que me rodea. Me esfuerzo por volver a centrarme en el silencio que ahora reina, deseando volver a coger el sueño.

Otro pelotazo.

El calor que siento se multiplica por diez al impacientarme por el ruido que no me deja descansar. Creo que es domingo. Por Dios, ¡todo el mundo descansa los domingos! Si me tengo que levantar para ver quién es el desgraciado que juega con la pelotita, va a ser peor para él, pero también lo será para mí.

Un nuevo pelotazo.

martes, 12 de febrero de 2013

Conversaciones con mi musa #8

—Pero bueno —dijo de nuevo—, al final no me has contestado.

—Cierto. Te alegrará saber —hice una pausa teatral y al cabo de dos segundos, continué— que he comenzado a releer los capítulos que tenía escritos y estoy corrigiendo muchos fallitos que voy viendo.

—Ajá —dijo Sara.

—Bueno, la novela comencé a escribirla hace ya bastante, y en este tiempo he aprendido algunas cosas —dije yo.

No dijo nada. Se dedicó a mirarme, en silencio. Yo no podía hacer lo propio, pues estaba al volante y no sabía cómo continuar justificando el tiempo que llevaba sin darle continuidad a la novela. La notaba molesta. Si el aura que desprende una persona se pudiera ver, el aura de Sara en aquél momento sería de un color rojo sangre. Me recordó a cuando era pequeñajo, que veía en los dibujos animados cómo cuando los malos se enrabietaban y se concentraban, el suelo comenzaba a temblar y las piedrecitas se levantaban del suelo. Algo así estaba ocurriendo en el interior de mi coche. No era tan espectacular como en los dibujos, pero sí era igual de inquietante.

viernes, 8 de febrero de 2013

Domingo de resaca

—Ey, ¿cómo va eso, Doc?

—Hola, Flint. Vaya día el de hoy, ¿no?

—Ya ves —contestó Flint—, parece que se hayan muerto todos. Llevo un buen rato aquí y aún no ha pasado nadie.

—¿Nadie? —quedó inmóvil por un momento— ¡Pero si ya es de día!

—Nadie. Y el caso es que hay tráfico. Por la calle de atrás pasan un montón de coches. Ya he ido a mirar.

—¿Y cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó Doc, extrañado.

—Por lo menos… —comenzó a pensar, moviendo la cabeza de un lado a otro, acompasadamente— No sé qué decirte. El sol estaba encima de aquél tejado, y mira dónde está ahora.

jueves, 7 de febrero de 2013

La incertidumbre de Dieciséis

—No puedo, mi amor. Te juro que no puedo. He de terminar un informe para el director y me quedan unas cuantas horas de trabajo. Mejor quedamos mañana, ¿vale? —dijo Dieciséis, impaciente por colgar el teléfono— Sí, no te preocupes, yo mañana te llamo. Adiós.

—¿Cansado? —preguntó Noventa.

—La verdad es que sí —dijo Dieciséis, quitándose el casco.

—¡Eh, espera! —gritó Noventa, asustado— ¿Lo has apagado ya?

—Sí, no puedo más. Tiene que descansar. No pasará nada, tranquilo.

—No sé… Dicen que es peligroso.

—Lo es si no sabes cómo hacerlo. Tiene su truco.

lunes, 4 de febrero de 2013

Conversaciones con mi musa #7

—Bueno, qué, ¿cómo lo llevas? —preguntó Sara, tras un largo silencio.

—Supongo que te refieres a la novela —le contesté, apesadumbrado.

—Hombre… —comenzó a decir, con voz maliciosa, como pensándose una respuesta punzante y sarcástica, a la vez que se giraba hacia mí— Si quieres, hablamos de política, pero creo que ambos entendemos más de tu novela que ninguna otra persona, y la verdad es que te estás columpiando desde hace un tiempo.

—Ya…

—¿Ya? —preguntó, molesta— ¿Y eso es todo?

viernes, 1 de febrero de 2013

El Señor N y los de I+D

—Borra el archivo. Ya.

Mark estaba nervioso. No era muy normal verle agitado, pues si había alguien en la oficina con sangre fría, calma absoluta y nervios acolchados con gomaespuma, ese era él.

—¿Tú crees que se darán cuenta? —pregunté.

—No lo sé, pero tú, por si acaso, bórralo. Rápido.

miércoles, 30 de enero de 2013

Salto al vacío

El tráfico se veía distinto desde ahí arriba. Nunca se le había ocurrido asomarse a la calle desde aquella altura y contemplar la vida en la ciudad desde aquella perspectiva. Sí, efectivamente sabía cómo eran los atascos en aquella calle. Todas las mañanas funcionaba de la misma manera, pero era diferente verlo todo desde arriba, donde se dibujaba una curiosa combinación de formas y colores. Los coches, los autobuses, las sombrillas de las terrazas, los pasos de peatones, los paraguas, las bicicletas… La suma de todos los elementos ofrecía una composición en constante movimiento que entretenía a todo aquél que se parase a observar la vida de la calle. La enorme coreografía.

Se entretuvo tanto tiempo mirando hacia abajo que se llegó a olvidar del motivo por el cual llegó allí. Se había despistado y no parecía importarle, porque aquél rato le pareció reconfortante. Sin embargo, queriendo obligarse a volver en sí, tanteó de nuevo la repisa sobre la cual se apoyaba y retomó los pensamientos que tenía antes de despistarse. Se le hacía un nudo en la garganta al recordar su intención, y éste se hacía más grande cuanto más pensaba en lo solo que se sentía. Meneó la cabeza, mirando de nuevo hacia abajo, convenciéndose de que era la única solución.

lunes, 28 de enero de 2013

El hombre del sombrero

Como de costumbre, aquella noche saqué la basura demasiado tarde. Para entonces, el silencio se había adueñado de la noche y la había hecho suya, dejando la calle tan terriblemente muda como oscura. Solo el ruido de mis zapatillas lograba hacer menos tenebroso el paseo hasta el contenedor.
 
Los farolillos que debían iluminar el paseo de la urbanización estaban apagados. Desconozco si por avería o por decisión vecinal, pero fuera por lo que fuese, no ayudaban a recorrer aquél pasillo con mucha confianza. Los ojos se iban acostumbrando a la penumbra conforme avanzaba y hacía esfuerzos por controlar los escalofríos que se desataban en mi nuca. No por miedo, sino por el frío que me entraba por el cuello de la chaqueta.
 

viernes, 25 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #6

Esta mañana, tras dejar en el cole al enano, volví al coche (que había dejado aparcado en doble fila) y sentí que, además de ser un gran día (es viernes, eso tiene mucho que ver), el de hoy sería un día especial. Tendría tiempo para dedicarlo a pensar en mis próximos escritos. Para terminar el artículo para el diario. Podría leer todo aquello que tengo pendiente. Sería el comienzo de un fin de semana provechoso.
 
Abrí la puerta del coche, me senté y la cerré tras de mí. Cojí el cinturón y lo deslicé hasta el cierre. Metí la llave en el contacto y mientras arrancaba, me mordí el labio inferior, tratando de arrancar también algún que otro trozo de piel muerta. Este frío me deja los labios fatal.
 
—¡Hola! —irrumpió Sara, asustándome.

miércoles, 23 de enero de 2013

Recuperando los buenos hábitos

Los que me seguís ya sabéis que me encanta escribir (de qué va a ir este blog, si no), pero también debéis saber que, en mi vida, tengo una lista de aficiones y divertimentos envidiable. Me gusta leer, escribir (y dale), jugar a videojuegos, la fotografía, el cine y las series, el café, los animales, Internet… Y por supuesto, me encanta pasar el poco tiempo libre que tengo con los míos. Llegados a este punto, he de ser franco; aunque intento hacer un poco de todo, no hay tiempo ni para la mitad.
 
Es por eso que muchas veces, aunque tengo tiempo para escribir, me digo “deja la novela o el blog para más tarde y ponte a ordenar las fotos, que se te acumulan”, o “pégale una palicilla al enano al FIFA, que ya te saca un 13-3 en la global”, o también “ponte a ver una peli de esas que llevan años esperando a ser visionadas”. Se podría decir que paso más tiempo pensando en qué hacer, que haciéndolo (y eso es un problema). Me acuesto bastante tarde y eso repercute directamente siempre en el día siguiente :-D

martes, 22 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #5

En seguida caí en la cuenta. Claro, al pensar en ella, al esforzarme en creer en ella, le doté de una luz que me permitía reconocerla. Ahora la veía sonreír en lugar de imaginarla haciéndolo. Ahora veía su expresión, en lugar de notar su estado de ánimo por su voz. Ahora tenía un nombre y una apariencia que no podía ver cuando llegó a mi sofá.

—¿Y cómo lo he hecho? —le pregunté, contento por haber entendido lo que había conseguido.

Entrelazó sus manos y se tomó unos segundos para contestarme. Carraspeó levemente, sonrió y, por fin, me miró. Tenía una mirada feliz. Estaba emocionada.

—Por fin has creído en mí —contestó—. Me has estado buscando durante tanto tiempo y de tantas maneras que no has sabido ver que el camino más sencillo era el primero que debías probar. Como en tu cuento, el de la pequeña Davinia. Acabas diciendo en él que casi siempre los momentos más hermosos ocurren tras los hechos más sencillos. Cuando escribiste aquél final, lloré. Lloré de emoción porque para ser tu primer cuento, me pareció maravilloso. Lloré de alegría por Davinia. Lloré de alegría por ti. Y días más tarde, lloré de tristeza por todos. Porque aquél día en que terminaste el cuento me tuviste más cerca que nunca y, sin embargo, cuando lo enviaste a todos aquellos certámenes, decidiste descansar.

domingo, 20 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #4

Se tomó unos segundos para pensar lo que me diría a continuación. Ese tiempo me vino bien para volver a la realidad y plantearme qué pasaría si de repente apareciese Almu en el comedor. ¿Qué diría al verme a las tantas de la madrugada sentado en el sofá? ¿Me vería acompañado? ¿La vería a ella o vería una sombra? Y lo mejor de todo, ¿qué…

—No me vería —dijo ella.

—¿Qué? —le pregunté, sobresaltado.

—Tu novia, la que está durmiendo. No me vería. Estabas pensando en qué pasaría si ahora se levantase y te viese aquí, ¿no?

Cerré la boca y tragué saliva.

sábado, 19 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #3

Dudé, claro. Por muy dulce que fuera, esa voz aún no se acompañaba de una apariencia clara. A ver qué habríais hecho vosotros. Seguro que ya le habríais apuntado a la cara con el flexo destartalado, pero yo tenía mis dudas sobre la genialidad de aquella idea, así que me limité a quedarme en el sitio.

—Estoy bien aquí —le contesté al fin, sonriendo.

—¡Ah, genial! ¡Pues hablemos a grito pelao! —gritó, de repente.

—¡Calla! ¡Calla, que los vas a despertar! —me apresuré a susurrar, acercándome un poco más a ella.

—Qué bien —dijo, sonriendo— Qué fácil eres.

viernes, 18 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #2

—Ya, pero jamás pensé que aparecerías… ¡así! —le dije, alzando las manos hacia ella.

—¿Y cómo pensabas que aparecería, cielo? ¿Llamando al timbre? ¿Enviándote un WhatsApp? Tú has pedido que aparezca y así lo he hecho, no sé qué esperabas —contestó ella, con un marcado tono de indiferencia.

—No, ya, pero a ver, entiéndeme; nunca te había visto y…

—¿Y qué? —me interrumpió.

jueves, 17 de enero de 2013

Conversaciones con mi musa #1

—¡Tú, musa! ¡Déjate ver! ¡Deja que te sienta aquí conmigo! —le grité, en mitad del silencio más puro.
 
Eran las dos de la madrugada y llevaba más de una hora escribiendo líneas que seguidamente borraba. Una y otra, sin descanso, intentando forzar la máquina a sabiendas de que, posiblemente, no saliera nada bueno de allí. Me había propuesto escribir aunque ella no estuviese presente, como queriendo darle con el texto en las narices cuando hubiera acabado para demostrarle que no me era necesaria. Pero no pudo ser. De repente, caí en la cuenta. No estaba solo. Los demás dormían y había pegado un grito que seguro no pasó desapercibido.
Quedé en silencio y agudicé el oído, esperando distinguir algún ruido de los míos despertándose. Durante un minuto entero (que no parece mucho, pero en mitad de la noche es una eternidad), esperaba oír algo, pero la suerte y el profundo sueño de los míos hicieron que siguieran soñando. Volví al trabajo, proponiéndome calmar la rabia de no encontrar la inspiración.
 
—Ni se te ocurra volver a gritarme.

martes, 15 de enero de 2013

Orgullo Tiramillero

Si hay algo que a un aspirante a escritor le hincha, le hace crecer y finalmente levitar es sentirse apreciado y apoyado en aquello que hace. Sentir que sus escritos importan a los demás sin importar el número o procedencia de sus seguidores.
 
Supongo que es algo lógico. A todos nos gusta que aquello que hacemos por amor, por diversión, por afición o devoción resulte atractivo a los demás. Que les guste. Que estén pendientes de ti para seguir disfrutando de tu arte.
 
Eso es lo que nos pasa a los pequeños escritores que, de repente, un día recibimos un tweet de alguien que nos lee furtivamente y nos dice que le gusta nuestro blog. Cuando caminas por Twitter y alguien aparece tras una esquina y empieza a seguirte (cuidado, creo que no he elegido el mejor ejemplo :-D). ¡Es una sensación de plenitud y satisfacción sólo comparable a sacar un diez en el cole! Qué digo, creo que es mejor...

lunes, 14 de enero de 2013

Y al fin, la primera de 2013

Ya ves, día catorce.
 
Creo que me he columpiado más de la cuenta esta vez. No es que me quiera excusar, porque la verdad es que todos los que escribimos podemos hacerlo en cualquier momento y lugar. Sencillamente, bastaría con decir que el 2012 acabó mal y por eso el nuevo año comenzó con muchas esperanzas en que todo mejorase, pero es que fue empezar y darnos la ostia padre. Ya hablaré en otro artículo de mi abuela, porque quiero rendirle un merecido homenaje desde aquí y sentir que por fin he contado todas las cosas que tengo dentro sobre ella, que fue tan grande para nosotros.