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jueves, 28 de febrero de 2013

Postergando la novela por... ¡Una buena idea!

Schh… ¡Lo sé, lo sé…!

Prometí que me iba a poner en serio con la novela. Que hacía mucho tiempo que no le dedicaba parte de mi tiempo y, de seguir así, jamás la terminaría. Lo sé, estoy dando demasiados rodeos, pero creedme cuando os digo que lo que voy a contaros tiene su chicha.

Mi novela está tardando tanto en ser escrita porque, además de ser una historia larga, con muchos personajes, con muchas historias y un lento aunque seguro proceso de revisión (página por página, capítulo por capítulo), el tiempo que le podría dedicar se ve muchas veces alterado por mi ritmo de vida, que es un tanto frenético. Sé que algún día podré enterrar estas palabras y mostraros una foto mía presentando la novela en alguna librería, pero hasta entonces… Es lo que hay.

Sin embargo, debo reconocer también que algunas veces el tiempo que tengo para escribir o revisar la novela lo suelo dedicar a escribir entradas en el blog. Esa es mi forma de entrenar mi parte escritora; creando historias cortas, de varios géneros, con el fin de no oxidarme y estancarme en un solo género.

martes, 26 de febrero de 2013

Angustia al volante

Como cada mañana, llegó el momento del atasco en la avenida. Eran las ocho y media, de camino al trabajo. En la radio sonaba ya la broma telefónica de costumbre mientras Aitana se encendía el primer cigarro de la jornada y repasaba sus pestañas en el espejo retrovisor. Caían las primeras gotas de lluvia y el termómetro indicaba cuatro grados. El cielo presagiaba un día pasado por agua.

De repente, se abrió la puerta del copiloto y entró en el coche un hombre que ocultaba su rostro tras una bufanda. Sucedió de forma tan inesperada que Aitana no pudo más que arquear las cejas y abrir la boca, intentando preguntar qué ocurría. La sorpresa se dibujó en su rostro de inmediato, a la vez que dejaba caer el cigarro en la alfombrilla del coche.

—No haga preguntas —dijo el hombre, que cerraba ya la puerta—. Mi intención no es hacerle daño. Por favor, actúe de forma normal y continúe con su recorrido.

martes, 19 de febrero de 2013

Primer artículo en El Tiramilla

¡Hola amigos!

Hoy es un día especial para mí porque, tras varias revisiones, al fin he podido ver publicado mi primer artículo en el Diario El Tiramilla.

En él, intento animar a los nuevos escritores a que sean innovadores y escriban historias originales. Historias que aunque formen parte de géneros ya establecidos, tengan su toque personal para que no se asemejen tanto a otras obras. Suele ocurrir en el mundo editorial que, tras un gran boom de una obra policíaca, aparezcan poco después pequeños clones que traten el mismo mundo. Lo mismo con las obras de fantasía, de amor adolescente, de guerra, de zombies... Y es que parece que, irremediablemente, necesitamos sangre nueva que venga con ideas nuevas. Gente que quiera darle una vuelta de tuerca más a sus próximas obras para que se les recuerde por crear algo diferente.

Sin más, espero que os guste.

¡Un abrazo!

Dulces pelotazos

Pelotazo en el cristal.

Abro los ojos y los vuelvo a cerrar, cegado por la omnipresente luz del sol, que ya tiñe de claro todo lo que me rodea. Me esfuerzo por volver a centrarme en el silencio que ahora reina, deseando volver a coger el sueño.

Otro pelotazo.

El calor que siento se multiplica por diez al impacientarme por el ruido que no me deja descansar. Creo que es domingo. Por Dios, ¡todo el mundo descansa los domingos! Si me tengo que levantar para ver quién es el desgraciado que juega con la pelotita, va a ser peor para él, pero también lo será para mí.

Un nuevo pelotazo.

martes, 12 de febrero de 2013

Conversaciones con mi musa #8

—Pero bueno —dijo de nuevo—, al final no me has contestado.

—Cierto. Te alegrará saber —hice una pausa teatral y al cabo de dos segundos, continué— que he comenzado a releer los capítulos que tenía escritos y estoy corrigiendo muchos fallitos que voy viendo.

—Ajá —dijo Sara.

—Bueno, la novela comencé a escribirla hace ya bastante, y en este tiempo he aprendido algunas cosas —dije yo.

No dijo nada. Se dedicó a mirarme, en silencio. Yo no podía hacer lo propio, pues estaba al volante y no sabía cómo continuar justificando el tiempo que llevaba sin darle continuidad a la novela. La notaba molesta. Si el aura que desprende una persona se pudiera ver, el aura de Sara en aquél momento sería de un color rojo sangre. Me recordó a cuando era pequeñajo, que veía en los dibujos animados cómo cuando los malos se enrabietaban y se concentraban, el suelo comenzaba a temblar y las piedrecitas se levantaban del suelo. Algo así estaba ocurriendo en el interior de mi coche. No era tan espectacular como en los dibujos, pero sí era igual de inquietante.

viernes, 8 de febrero de 2013

Domingo de resaca

—Ey, ¿cómo va eso, Doc?

—Hola, Flint. Vaya día el de hoy, ¿no?

—Ya ves —contestó Flint—, parece que se hayan muerto todos. Llevo un buen rato aquí y aún no ha pasado nadie.

—¿Nadie? —quedó inmóvil por un momento— ¡Pero si ya es de día!

—Nadie. Y el caso es que hay tráfico. Por la calle de atrás pasan un montón de coches. Ya he ido a mirar.

—¿Y cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó Doc, extrañado.

—Por lo menos… —comenzó a pensar, moviendo la cabeza de un lado a otro, acompasadamente— No sé qué decirte. El sol estaba encima de aquél tejado, y mira dónde está ahora.

jueves, 7 de febrero de 2013

La incertidumbre de Dieciséis

—No puedo, mi amor. Te juro que no puedo. He de terminar un informe para el director y me quedan unas cuantas horas de trabajo. Mejor quedamos mañana, ¿vale? —dijo Dieciséis, impaciente por colgar el teléfono— Sí, no te preocupes, yo mañana te llamo. Adiós.

—¿Cansado? —preguntó Noventa.

—La verdad es que sí —dijo Dieciséis, quitándose el casco.

—¡Eh, espera! —gritó Noventa, asustado— ¿Lo has apagado ya?

—Sí, no puedo más. Tiene que descansar. No pasará nada, tranquilo.

—No sé… Dicen que es peligroso.

—Lo es si no sabes cómo hacerlo. Tiene su truco.

lunes, 4 de febrero de 2013

Conversaciones con mi musa #7

—Bueno, qué, ¿cómo lo llevas? —preguntó Sara, tras un largo silencio.

—Supongo que te refieres a la novela —le contesté, apesadumbrado.

—Hombre… —comenzó a decir, con voz maliciosa, como pensándose una respuesta punzante y sarcástica, a la vez que se giraba hacia mí— Si quieres, hablamos de política, pero creo que ambos entendemos más de tu novela que ninguna otra persona, y la verdad es que te estás columpiando desde hace un tiempo.

—Ya…

—¿Ya? —preguntó, molesta— ¿Y eso es todo?

viernes, 1 de febrero de 2013

El Señor N y los de I+D

—Borra el archivo. Ya.

Mark estaba nervioso. No era muy normal verle agitado, pues si había alguien en la oficina con sangre fría, calma absoluta y nervios acolchados con gomaespuma, ese era él.

—¿Tú crees que se darán cuenta? —pregunté.

—No lo sé, pero tú, por si acaso, bórralo. Rápido.