Schh… ¡Lo sé, lo sé…!
Prometí que me iba a poner en serio con la novela. Que hacía mucho tiempo que no le dedicaba parte de mi tiempo y, de seguir así, jamás la terminaría. Lo sé, estoy dando demasiados rodeos, pero creedme cuando os digo que lo que voy a contaros tiene su chicha.
Mi novela está tardando tanto en ser escrita porque, además de ser una historia larga, con muchos personajes, con muchas historias y un lento aunque seguro proceso de revisión (página por página, capítulo por capítulo), el tiempo que le podría dedicar se ve muchas veces alterado por mi ritmo de vida, que es un tanto frenético. Sé que algún día podré enterrar estas palabras y mostraros una foto mía presentando la novela en alguna librería, pero hasta entonces… Es lo que hay.
Sin embargo, debo reconocer también que algunas veces el tiempo que tengo para escribir o revisar la novela lo suelo dedicar a escribir entradas en el blog. Esa es mi forma de entrenar mi parte escritora; creando historias cortas, de varios géneros, con el fin de no oxidarme y estancarme en un solo género.