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martes, 2 de enero de 2024

Minirelato: Ella le cogió la mano y lo llevó bajo un puente de la autopista, dibujó con tiza un círculo en el suelo

—¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!! —gritaron todos al unísono alrededor de la cama de Tessa. La niña despertó de sopetón, prácticamente sacando el corazón por la boca por el susto. Su cara pasó del temor a la sorpresa en cuestión de segundos y su cabello, alborotado como la maraña de luces de Navidad que la familia guardaba en el armario, le hacía parecer la mismísima Bruja Avería.

—¡Te quiero mucho, mi vida! —gritó el padre, que corrió a envolverla entre sus brazos.

—¡Qué bonita estás, hija! —voceó la madre, que le plantó un par de regalos sobre la colcha— Toma, aquí tienes tus regalos. Feliz cumpleaños, mi amor.

Besos, abrazos, arrumacos, caricias, miradas y pellizcos en las mejillas. Una tras otra, fueron sucediéndose todas las muestras de cariño posibles por parte de sus padres, abuelos y hermanos. Tessa había cumplido diez años.

—Bueno, ¿qué? —preguntó su hermano— ¿estás contenta?

—Sí... —susurró— Es que he tenido un sueño.