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martes, 30 de agosto de 2022

Una pequeña historia de amor verdadero: Subiendo al piso de arriba

Subiendo al piso de arriba

El piso de arriba tenía un lustre distinto a todo lo que se veía en las plantas inferiores. Nosotros no podemos hacerlo, pero, si pudiéramos, si cualquiera de nosotros pudiera subir aquellas escaleras que conducen a la entrada del piso superior, de inmediato nos daríamos cuenta del soberbio y radical cambio.

Si subiéramos esa escalera, veríamos que el material del que estaban construidos los escalones que pisamos iría cambiando de forma gradual. Conforme ascendiéramos, veríamos cómo el granito de la escalera se iba convirtiendo en azulejo. Cómo el hormigón se volvía cerámica. Poco a poco, notaríamos que el blanco pasamanos de metal iba invirtiendo su color y se transformaba en hierro forjado con elegantes formas. Veríamos mutar el anodino gotelé en una marquesina de azulejos sevillanos y zócalos con todo tipo de ribetes sobre una pared encalada. Para cuando quisiéramos darnos cuenta, veríamos como habían empezado a surgir de las paredes docenas de maceteros repletos de geranios, buganvillas y hierbabuena. Mucha hierbabuena. Pero aquello no había sido siempre así, claro que no…