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miércoles, 25 de noviembre de 2020

Minirelato: Retrocedió de golpe

Aquel día Laura no estaba de servicio.

Tras desayunar, decidió pasear a Stella por un recorrido distinto al habitual. En lugar de pasear por la alameda del norte de la ciudad, decidió bajar al parque que quedaba cerca del polígono industrial. El día había comenzado bien y el paseo estaba siendo agradable, pero el destino se guardaba una desagradable sorpresa; cuando quedaban pocos metros para llegar al parque, Laura presenció con total claridad como una mujer salía corriendo de un portal pidiendo auxilio y como un indeseable la perseguía a poca distancia. Se quedó de piedra. Sus sentidos se pusieron a flor de piel y su cabeza le pedía reaccionar.

Inmediatamente tiró de la correa y se puso a correr tras ellos. La mujer, presa del pánico, se dirigió a un aparcamiento público en una zona marginal del polígono. Corría sin sentido, intentando dar esquinazo a su perseguidor. Laura zigzagueó cada coche que se encontraba e intentó no perderla de vista, pero el individuo le estaba ganando terreno a la mujer. Los gritos iban en aumento y Laura se sentía impotente sorteando coches, camiones y furgonetas. De repente, se hizo el silencio y, tras un coche calcinado, encontró lo que se estaba temiendo; el cuerpo inmóvil de aquella mujer sobre un charco de sangre.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Minirelato: El chico estaba comenzando a conocer chicas

La habitación del sospechoso estaba patas arriba. Los agentes habían revuelto el armario en busca de discos duros, sticks USB, drogas, armas y cualquier otro elemento que se saliera de lo normal en la vida de un adolescente. Ricardo Beltrán, subinspector de policía, entró en el dormitorio y vio a sus tres agentes con los brazos en jarra, meditabundos.

—Buenos días —saludó el subinspector— ¿Habéis dado con algo?

—Nada destacable, señor —contestó Muñoz—. Fuera del ordenador está todo en orden. Es la habitación habitual de un freak.

—¿Por qué colecciona latas de Monster? Perdón, ¿Y dentro del ordenador? ¿Habéis revisado su historial de navegación?

martes, 17 de noviembre de 2020

Minirelato: Y de repente apareció él con su sombrero de copa y su brillante sonrisa

—Esta Nochevieja va a ser patética.

—Vamos, Luna —contestó su hermana a la vez que desenchufaba la plancha y recogía la mesa de planchar—, no te pongas de nuevo en plan víctima. Sabes que a mamá le hace mucha ilusión celebrar esta noche en familia. Ya son unos cuantos años sin ti por estas fechas. ¿Cuánto hace que no estamos todos? ¿Cinco, seis años?

—Cuatro. Y no estamos todos —dijo Luna de forma cortante.

—Ya… —suspiró Andrea, a la vez que se sentaba junto a ella—. Lo siento mucho, hermanita, pero tienes que pasar página y hacerte ya a la idea de que se ha terminado.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Minirelato: Llovía, pero no era algo que le preocupara

Llovía, pero no era algo que le preocupara. Ya no.

Se limitó a guarecerse y a observar cómo todo se mojaba y se nutría a su alrededor. Notaba como todo aquello que le rodeaba parecía estar agradecido por la lluvia. Vivir en una zona montañosa tiene eso; que el bosque necesita de lluvia de tanto en tanto.

Se puso a pensar en la primera vez que ocurrió.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Minirelato: Un esfuerzo más siempre vale la pena

—Ma Rosi, ¿nos quedarnos un rato más? —preguntó Tino, con aquella sinvergonzonería y voz de pito que todos hemos tenido a los siete años.

Ma Rosi asintió con una sonrisa desde el banco donde se encontraba sentada a la vez que le hacía una trenza en el pelo a Nora, que miraba también a sus hermanos con cara desenfadada. Únicamente ataviados con viejos pantalones cortos, Tino y Fede jugaban a mojarse en la fuente del parque, llamando la atención del resto de niños y padres y escandalizando a todos por igual.

Se llamaba Rosana, pero este era un nombre demasiado solemne para sus hermanos pequeños, que además necesitaban llamarla “mamá” de alguna manera. A sus catorce años, llevaba ya tres ejerciendo ese papel que, irremediablemente, había condicionado su vida para siempre.

martes, 10 de noviembre de 2020

El sustituto

El ruido en el aula de tercero de primaria en los primeros minutos de aquella mañana de lunes era constante. Todos los niños y niñas estaban nerviosos tras el fin de semana y unos a otros se contaban lo que habían hecho durante el finde. De repente, la directoria del colegio entró por la puerta de la clase.

—¡Niñas, niños, un poco de atención! —dijo la directora— Tengo algo importante que deciros.

El griterío de todos los alumnos se fue convirtiendo en susurros. Los susurros dieron paso al silencio poco después.

—Os recuerdo que el concurso del colegio de historias de miedo para Halloween es la próxima semana. Tenéis que escribir una historia de auténtico terror y entregársela a Marina, vuestra profesora.

Qué extraño… Durante el fin de semana, los niños y niñas de tercero se habían enterado de un rumor que decía que Marina, su tutora, había enfermado y no iba a darles clase durante un tiempo. Ya en el patio, antes de subir a la clase, se lo habían empezado a decir unos a otros.

Aireando el blog por Halloween

¡Madre del amor hermoso! —dijo el joven explorador— No os vais a creer lo que acabo de encontrar en esta polvorienta estantería.

—Sorpréndenos —canturreó el resto del grupo, al unísono.

Un blog.

Y sí, vuelvo al blog. Parece mentira que, echando la vista atrás, hayan pasado ya tres años desde la última entrada. Tres años desde que se fue la musa. Tres años desde que las ganas de jugar y visionar vencieron a las ganas de imaginar y de escribir.. ¡Qué pena!