Páginas

martes, 11 de junio de 2013

¡Tercer (y último) artículo en El Tiramilla!

¿Último? Pues sí. El último.

No lo encontraréis en la web. De hecho, no encontraréis nada mío en ella. Lo ha borrado todo. No ha quedado ni rastro de mi paso por el diario. Es lo que pasa, supongo, cuando quien dirige el cotarro no tiene otra forma de diálogo que la del botón ELIMINAR cuando no le gusta lo que le dicen. Dar la patada sin opción a réplica, pulverizando cualquier posibilidad que tuvieras de entender de qué va el asunto o despedirte de tus compañeros. Borrándote del proyecto como si jamás hubieras existido.

Eso es lo que ha pasado, pero no merece la pena dar más detalles. Ha sido una época cortita, pero emocionante. Participar en un proyecto como DET me ha enseñado muchas cosas y me ha permitido conocer a personas estupendas. A esa gente, sinceramente, les deseo lo mejor.

¡Y bueno! Aquí os dejo el artículo que publiqué y duró apenas unas horas. Espero que os guste.

-----

En defensa del libro único

Allá por el 2011, cuatro redactores de El Tiramilla llevaron a cabo un debate centrado en una maravillosa dicotomía literaria: la difícil elección entre el mundo de las sagas y el de los libros autoconclusivos.

Durante la tertulia se expusieron los argumentos para defender una u otra postura; la que adora y prefiere leer historias que pertenecen a sagas de varios volúmenes y la que opta siempre por leer historias que acaban definitivamente cuando se llega a la última página. Aunque ha llovido desde aquel día, la conclusión a la que llegaron nuestros compañeros entonces fue que ambas opciones eran igual de válidas, siempre y cuando tengan una buena justificación. Lógico por otra parte, ya que siempre habrá público para sendas opciones literarias.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte he notado que muchos autores se han apuntado al carro de las sagas como si ello fuera garantía de éxito. Como si fuera fácil no solo atraer al público sino además mantenerlo interesado en las siguientes entregas de la historia que se cuenta. He podido ver cómo escritores noveles comenzaban su andadura en este duro mundo creando un ambicioso enmarañado que se distribuye en dos, tres o más entregas. Escritores neófitos que asaltan las redes sociales anunciando a bombo y platillo su primera novela, primera parte de una trilogía. Y yo me pregunto: ¿De verdad? ¿Vas a empezar en este mundo con una historia tan extensa? ¿Y si no funciona? Bueno, lo de funcionar también es relativo, claro, pero aventurarse a escribir una historia por volúmenes es siempre delicado. Muy buena tiene que ser esa historia.

Yo he leído varias sagas enteras (o series, pero no es lo mismo) y he visto mucho trabajo en ellas. Trabajo bien hecho. Por otro lado, también he comenzado libros con argumentos ambiciosos que resultaron ser soporíferos y con historias muy planas que tenían tras de sí varios libros más. Varios libros que continuaban con esa historia soporífera y aburrida. ¿Era necesario? ¿No podías haberlo contado todo en un libro?

Los libros autoconclusivos tienen esa gran ventaja: cuando los terminas se cierra una etapa de tu vida para no volver a abrirse jamás. Si lo que has leído es un buen libro, lo recomendarás y lo tendrás en tu estantería en un lugar privilegiado. Lo volverás a leer. Lo prestarás. Lo regalarás. Lo disfrutarás. Por contra, si es un mal libro, lo terminarás (si eres como yo, que terminas lo que empiezas, guste o no) y lo olvidarás.

¿A qué te obliga un mal libro que inicia o continúa una saga o serie? A que te hagas con el siguiente para ver si salva al anterior. Para ver qué ocurre con los protagonistas que te dejaron indiferente en la última página de ese libro. Y eso es peligroso, porque las estanterías de muchos lectores están llenas de libros que inician sagas y series, pero no de los libros que las terminan.


Y es que muchos lectores no tenemos la paciencia necesaria para ver si se arregla en otro libro lo que se ha estropeado en el actual. Preferimos irnos con la lectura a otra parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.