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jueves, 4 de julio de 2013

Bienvenida a OnisFone

Aquella mañana me dije: “Hoy sí. Te vas a comer el mundo”.

Salí de casa decidida a hacer mi trabajo y a pensar en que mejor o peor, aquél nuevo puesto aliviaría mi bolsillo a final de mes. Sabía lo difícil que iba a ser, la de críticas que me iban a caer y lo incómodo que resultaría para una persona el atenderme como es debido. Pero seamos pragmáticos; es un trabajo. Tan honrado como cualquier otro.

Llegué a mi habitáculo y encendí el terminal. Recogí las órdenes, taché el día en el calendario y me serví un café de la máquina. Igual que ayer: el aire acondicionado a tope y el café ardiendo.

Me ajusté los auriculares y al fin, con el guion preparado, pulsé el temido botón rojo.

[Un tono…]

[Dos tonos…]

Comencé a pensar en el tipo de ayer. El que me dijo aquellas barbaridades. El que me amenazó y se acordó de mi familia en mi primer día de trabajo.

[Tres tonos…]

No debí colgarle.

[Cuatro tonos…]

Tranquila… En este trabajo es muy habitual y no pasa nada, es normal…

[Cinco to…]—¿Dígame?

Vamos allá. Tranquila.

—¿Dígame? —repitió.

—Hola, buenos días, ¿es usted el titular de la línea?

—Mmmh… Sí, ¿quién es? —preguntó, con desconfianza. Lo normal.

—Verá, mi nombre es Jezabel y le llamo de OnisFone. ¿Podría decirme su nombre para dirigirme a usted?

Resopló.

—¿Caballero? —insistí.

—Mi nombre es Samuel, y…

—¡Encantada de saludarle, Señor Samuel! En primer lugar, quisiera agradecerle de parte de OnisFone el tiempo que nos está prestando para que podamos explicarle la promoción que estamos llevando a cabo.

—Oiga, señorita…

—Como bien sabrá, gracias a Internet, los nuestros están más cerca y hace que…

—SEÑORITA JEZABEL —exclamó.

—Sí, dígame, señor Samuel.

—Levante la mirada del escritorio —me dijo—.

—¿Perdón?

—Levante la cabeza y mire hacia delante. Ahí, un poco a su derecha.

Empecé a ponerme nerviosa.

—Eso es… Bien, ¿me ve saludarle con la mano?

—S-s-s-sí-sí —balbuceé.

—Pues bien, ahora mismo estoy reunido en este despacho con unos señores muy importantes. No es buen momento para ofrecerme su propuesta.

Mierda.

—Lo siento muchísimo señor director…

—Faltaría más. Por favor, pulse el botón verde la próxima vez. El rojo es para las llamadas internas.

—Sí, señor director.

—Bienvenida a OnisFone.

—Gracias, señor director.

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